Después de la muerte de su madre adoptiva, la criminóloga Lejla regresa a su apartada ciudad natal, donde la desaparición de una joven rompe viejas heridas.
Lejla y Valter se unen para investigar la desaparición de Alicia por su cuenta, lo que lleva a una acalorada discusión con el nuevo jefe de policía, Tomas.
Las lagunas de memoria frustran a Lejla mientras investiga su pasado. Said se enfrenta a problemas cuando se produce una fuga de aguas residuales en una mina.
Sintiéndose aislado y derrotado en todo momento, Tomás adopta hábitos destructivos. Mientras tanto, Lejla se vuelve distante a medida que procesa los acontecimientos recientes.