Cándido se deprime al enterarse que su rival, la doctora Peláez, ha sido nominada a la medalla de la excelencia médica. Y, para limar asperezas, ella lo invita a cenar y le confiesa que está enamorada de él.
Cándido decide realizar un difícil examen para dar clases en una universidad, pero descubre que su evaluador será un antiguo compañero de la escuela con quien no tiene una buena relación y teme perder la oportunidad de ser maestro.
Silvina descubre un collar que Cándido guarda, creyendo que será para ella. Pero, en una reunión se da cuenta que ese mismo collar lo tiene una atractiva mujer.
Cándido recibe a una atrevida vendedora que, al conocerlo, no deja de visitarlo e insistir en que salga con ella. Además, Claudia tiene un problema con su hermana y tiene que renunciar para regresar a su pueblo y solucionarlo.
Camilo confiesa con una feligresa y ella le dice que está enamorada de Cándido y que él está enamorado de ella. Obligado a no decir nada por su secreto de confesión, entra en un conflicto existencial.
La cena de negocios de Silvina tiene a Cándido al borde de la locura, pues los celos que siente al pensar que ella se encontrará con un apuesto hombre francés no lo dejan pensar con claridad.
Una reportera entrevista a Cándido, pero lo hace caer con una pregunta que podría provocar la separación de su matrimonio. Mientras tanto, Silvina tendrá que enfrentarse a la Chucu.
La nueva vecina de Cándido es una atractiva mujer que es maestra de Yoga y que hace sus ejercicios frente a su ventana. Al mismo tiempo Cándido sin querer la observa todas las mañanas sin que Silvina se dé cuenta.
Cándido se debate entre ir a su nombramiento como Director de la clínica o a una presentación de Perlita. Doña Cata y Claudia creen que Silvina está embarazada.